Recientemente ha finalizado el Curso sobre la Poesía romántica y el siglo XIX en España para Ines Kremer, profesora en la Universidad de Essen, en el que hemos revisado la historia social, política y económica del siglo XIX que nos ha servido para poder conocer e interpretar los logros y los fracasos, los problemas y la situación del Romanticismo español y su vigencia hoy en día. En el curso hemos avanzado por la historia del siglo XX hasta llegar la España de hoy y conocer la evolución de nuestro país durante toda la Edad contemporánea.
También hemos leído mucha poesía. Hemos estudiado a Espronceda que en sus poemas muestra los rasgos del Romanticismo más innovador y revolucionario, poesía apasionada, llenas de contrastes, cambios métricos, rítmica, sonora y efectista. También la poesía de Bécquer, llena de emoción y sentimiento, evocación y musicalidad. El don Juan de Zorrilla, como un eslabón más del mito del don Juan que parten del siglo XVII con El burlador de Sevilla de Tirso de Molina.
Hemos revisado además el modelo de mujer en la sociedad burguesa, basado en su papel de esposa y madre. En este contexto, el papel de poetisas románticas como Gertrudis Gómez de Avellaneda y Carolina Coronado pone de relieve más aún su valor. La Avellaneda puede interpretarse como un fenómeno singular, una mujer plenamente libre que escribe una poesía llena de la fuerza, temperamento y la sensibilidad. Hemos seleccionado en poemas y en los que las flores y la naturaleza sirven como metáforas para expresar sus sentimientos. La Coronado es ante todo madre y esposa y sus poemas reflejan también su sensibilidad y poder creativo pero no deja de criticar el mundo burgués controlado por los hombres, a los que interpela directamente por su falta de compromiso por la libertad de la mujer para en la sociedad y la política (Libertad) o de la violencia de género (El marido verdugo). A pesar de su diferente carácter personal y de origen social, ambas expresan su visión del amor y su evolución a través del tiempo y sus experiencias vitales, el amor ideal de juventud que va dejando paso a la decepción y el desencanto.
Hemos tenido muy en cuenta la necesidad de ilustrar este período durante el curso con visitas y excursiones a los lugares que todavía existen y que ilustran la vida decimonónica en una ciudad media como Palencia. Hemos visitado el Casino, lugar de ocio donde se reunía la burguesía y las élites palentinas, así como el Teatro Principal donde pudimos ver a La Macanita en un inolvidable concierto de flamenco. También nos desplazamos a Cevico de la Torre para visitar una casa tradicional de agricultores del siglo XIX la casa del abuelo, un lugar lleno de encanto que mantiene un trozo de la historia de la vida rural en nuestras tierras castellanas. También hemos visitado el Museo del Agua que se encuentra en el Canal de Castilla, concebido como medio de comunicación en ese tiempo. También hemos visitado iglesias y conventos para poner de manifiesto una religiosidad que todavía hoy está presente en nuestra forma de entender la vida y la muerte. Bien pudimos comprobarlo en el Museo de escultura policromada de San Gregorio en Valladolid. Teníamos que finalizar el curso visitando la Casa Museo de José Zorrilla donde se compusieron los inspirados versos de Don Juan Tenorio y que mantiene todo el sabor de una casa solariega del siglo XIX, y el Pasaje Gutiérrez, un auténtico centro comercial del siglo XIX.
Como ha hecho un tiempo estupendo durante este mes de febrero también hemos podido disfrutar en nuestro huerto ecológico comunitario plantando guisantes, recogiendo berzas ecológicas para comer en casa y charlando y almorzando con los amigos después de trabajar como hortelanos.