Una profesora alemana de español me ha pedido preparar un curso sobre el Romanticismo español para sus alumnos universitarios. Durante dos semanas vamos a estudiar la realidad española durante el siglo XIX que se inicia con una guerra contra la invasión francesa, la independencia de las colonias americanas y la revolución liberal que con distintos altibajos va provocar el fin del Antiguo Régimen y el surgimiento de una nueva sociedad dominada por la alianza entre la antigua nobleza y la pujante burguesía. Todo este proceso tuvo un evolución convulsa en lo político (guerras civiles carlistas, reacción tradicionalista, instauración de una república federal, Restauración) y el desarrollo de una economía capitalista y la aparición del movimiento obrero y las luchas campesinas.
En este escenario de cambio aparece el Romanticismo como un modelo artístico que pretende superar al viejo academicismo surgido con la Ilustración. Existe una interesante conexión entre el Romanticismo alemán, origen de todo este movimiento en Europa, y su inspiración en la tradición española. Los románticos alemanes beben en los romances y relatos medievales y en los autores españoles del Siglo de Oro para inspirar sus creaciones. Esta circunstancia va dar lugar a un apasionante debate entre los autores españoles decimonónicos que defienden, por una parte la raíz española de este nuevo estilo basada en el tradicionalismo y el catolicismo, y aquellos otros que opinan que es una evolución de los postulados del Siglo de las Luces y la fuerza de la razón y la imaginación sobre cualquier otro criterio que no sea la libertad del artista.
Partiendo de este debate vamos a estudiar la producción de autores como Larra y Espronceda, que vivieron con intensidad su época, participando directamente en política y escribiendo las páginas más inspiradas del movimiento propiamente romántico en España. Analizaremos la producción de autores postrománticos como Bécquer, padre de la poesía de hoy en día. Tendremos en cuenta la aparición de las primeras autoras españolas conocidas en la historia de nuestra literatura, bien a través de seudónimos, como Cecilia Böhl de Faber que firmó como Fernán Caballero, y otras que firmaron con su propio nombre como Gertrudis Gómez de Avellaneda o Carolina Coronado.
Un comentario sobre “Romanticismo español en la clase de ELE”