Hemos recibido a Jacilene, una estudiante de origen brasileño que reside desde hace años en Noruega, y que estaba interesada en realizar un curso de español para mejorar en su trabajo de intérprete y aprobar el exámen DELE. Comenzamos revisando los verbos porque tenía problemas con algunos tiempos por sus semejanzas y diferencias con el portugués, en especial los tiempos del pasado y el imperativo. Realizamos modelos de exámenes C1 y diversas actividades de repaso de gramática, pero lo que ha hecho su experiencia especial ha sido su interés, podría decirse que innato, por aprender. Jaci disfrutaba escuchando y repitiendo palabras y expresiones todo el tiempo, las apuntaba en su cuaderno o se las enviaba por mensajes de whatsapp, ella las repetía siempre porque dice que ello le ayuda a retener y aprender.
Cualquier ocasión era buen momento para aprender: elaborando recetas de postres en la cocina (quesada, tarta de la Viña, churros, bizcochos…), en el salón viendo la serie Señoras del Hampa (en diez días vimos la primer temporada completa), viendo las noticias, paseando por la ciudad o los parques, charlando con los amigos en las terrazas, jugando a las cartas, en la tertulia después de la cena o celebrando un cumpleaños en familia. Las películas Ocho pellidos vascos y Ocho apellidos catalanes nos sirvieron para revisar y reflexionar sobre los tópicos sobre las diferentes culturas españolas y compararlas con las noruegas y brasileñas además de reirnos un montón. Todos han sido momentos de aprendizaje en los que podía preguntar sobre los usos y los contextos en los que utilizarlos con precisión. Una expresión que aprendía la usaba al día siguiente. Muchas expresiones le hacían gracia, unas por su semejanza con el portugués, otras por las metáforas o símiles que utilizaban que le ayudabana entener el mundo desde nuestro puntos de vista.
Hemos visitado la catedral, iglesias medievales, iglesias parroquiales, otras conventuales, o capillas de cofradías penitenciales. Su riqueza le ha deslumbrado. También disfrutamos de la naturaleza de los alrededores de nuestra casa y de la visita a la Bodega Las Luceras en la villa de Dueñas. Un día fuimos Valladolid y visitamos la Casa museo de Zorrilla y el impresionante Museo de arte africano, además de pasear por la Plaza de la Universidad y el Palacio de Santa Cruz. Otro día visitamos el mercado, fruterías, carnicerías, charcuterías o pescaderías, le ha sorprendido la variedad de los productos y platos de nuestra cocina y lo poco que recurrimos a alimentos congelados y procesados.
Ha sido un placer poder conocerla, por su forma de ser y sus ganas por aprender la lengua y la cultura y sus ganas de disfrutar de la experiencia. Antes de despedirse nos confesó que tenía la sensación de haber aprovechado todos los momentos al máximo. Estamos seguros de que no nos va a olvidar, nosotros tampoco a ella.
