Hay ocasiones en las que estudiante y profesor empatizan y confraternizan durante el tiempo que comparten el proceso de aprendizaje. Esto ha pasado con Paola, una estudiante de Italia con la que llevábamos tiempo en contacto y que quería hacer un curso de inmersión pero que, por diferentes circunstancias, había tenido que posponerlo. Finalmente, tras dos años de espera, llegó el momento. Tenía una necesidad vital de iniciar este viaje ella sola, el motivo es que había entrado en un fuerte depresión motivada por la combinación del confinamiento del COVID y su reciente jubilación. Este viaje era una prueba y una necesidad. Comenzó su aventura en tren desde Milán, como le gusta viajar, mirando los paisajes por la ventanilla, disfrutando del tiempo y de la experiencia. Llegó a Palencia dispuesta a emprender su curso viviendo entre españoles y hablando español. Al poco tiempo descubrimos que teníamos un montón de circunstancias vitales comunes.
En primer lugar, los dos habíamos sido bibliotecarios enamorados de nuestra profesión y nos unía el amor por los libros y la literatura española e italiana. Hemos dedicado tiempo a comentar relatos y fragmentos de novelas, especialmente de nuestra querida Almudena Grandes y nos hemos hecho muchas recomendaciones mutuas para futuras lecturas.
Además, los dos somos somos ciclistas y estamos unidos a la bici. Precisamente la lenta recuperación de una fractura en su muñeca producida por una caída de la bici había sido el problema que había retrasado su viaje a España. Esta caída no le ha desanimado, tan solo le ha hecho más prudente a la hora de subirse a la bicicleta. Para ella desplazarse sobre dos ruedas por la ciudad o el campo es una sensación libertad inigualable. Este amor a las ruedas nos llevó a visitar los alrededores de Palencia, el Monte el Viejo, el Canal de Castilla y Villamartín de Campos, un pueblo donde se encuentran los palomares más grandes de todo Castilla y León. En estas rutas por la naturaleza descubrimos la fauna y la flora local y tuvimos la oportunidad de ver buitres, milanos, cigüeñas, halcones peregrinos, ciervos y corzos, conejos y hasta un zorro.
En fin, ha sido un curso que también nos ha permitido intercambiar recetas: ella ha aprendido a hacer tortilla española y pisto y nosotros a hacer el auténtico arroz a la milanesa, muy diferente al que indican algunas recetas que conocíamos. Ha sido un intercambio perfecto.







